
Los ojos
Los ojos de las figuras que aparecen en los iconos son extremadamente grandes y se encuentran enmarcados por cejas muy arqueadas. Comparándolos con el tamaño de la cabeza están fuera de toda proporción, rompiendo las medidas antropométricas, así como también con las medidas académicas establecidas por el arte occidental.
Los ojos, como todos los órganos sensoriales de la cara llevan implícito un símbolo basado en el texto evangélico de San Lucas que textualmente dice "Mis ojos han visto tu salvación". Esos ojos siempre parecen estar inmóviles pues no solo ven sino que vigilan e interrogan, penetrando hasta lo más profundo del alma del espectador.
Los iconógrafos al pintarlos de esa forma pretenden revelar la Verdad, pues es en esos ojos de tamaño descomunal, en donde se encuentra cobijada. Siguen al pie de la letra lo indicado por el Evangelio "Tu ojo es la lámpara. Si tu ojo está limpio toda tu persona aprovecha la luz. Pero si es borroso toda tu persona estará en confusión".
La Nariz
Órgano olfativo e inicio de las vías respiratorias, en los iconos se le representa muy aguda y alargada, casi como un filamento que une los ojos con la boca. Es pintada de esa manera para impedir el paso a las fragancias del mundo material y poder captar solamente el olor de lo sagrado, sirviendo de conducto al hálito del espíritu que debe inundar todo el ser del personaje representado en el icono.
La Boca
Algunos filósofos griegos afirmaban que la boca es la parte mas sensual de cuerpo. En ella radica el sentido del gusto, que permite saborear los mas sofisticados platillos y rechazar aquellos otros que causen malestar. De ella brotan las palabras que alaban o insultan. Con ella se otorga una de las caricias más apreciadas por el ser humano, el beso.
Los iconógrafos la anulan como órgano sensorial, pintándola extremadamente fina, casi como una línea con dos pequeños triángulos que simulan ser labios. Permanecerá invariablemente cerrada, porque la verdadera oración se hace en silencio. Zacarías, en el Antiguo Testamento expresa: "Que todo se calle ante Yahvé ".
En un icono ruso conocido como "San Juan en silencio", aparece el Apóstol con los dedos de una de sus manos sobre la boca, con la otra sostiene el libro de los Evangelios; mientras un ángel le comunica al oído, aunque sus labios permanezcan cerrados, un mensaje, su pequeña mano así lo advierte. Toda esta complicada simbología explica la frase de Zacarías.