
El modelo para este excepcional y magistral icono contemporáneo se encuentra entre las piezas maestras notables del arte de la Iglesia. Este es el icono bilateral del Cristo Acheiropoietos (“no hecho por la mano del hombre”: Santo Mandilion/ Santa Faz) con la Glorificación de la Cruz (77 x 71 cm.) de la segunda mitad del siglo XII. Originalmente en la Catedral Uspensky del Kremlin, Moscú; hoy forma parte de la colección de la Galería Estatal Tretyakov de Moscú.
Las dos imágenes en cada uno de los lados del icono exhiben una diferencia en la manera o estilo de la pintura y esto sugiere que, aunque casi contemporáneos, no son el trabajo del mismo pintor de iconos. El lado del Sto. Mandilion del icono es atribuido con fundamento por algunos autores contemporáneos a las tradiciones del arte de Constantinopla del alto período Komnin. Es también citado como un ejemplo de las más altas normas dentro de la estética del arte Bizantino.
Alguna argumentación sobre la iconografía del Santo Mandilion que puede ser encontrada en antiguas fuentes escritas, confirma que el primer icono del Hijo de Dios apareció milagrosamente durante Su juventud. Según un texto apócrifo escrito en Siria en el siglo III, Abgar V, rey de Edessa, envía a su mensajero Ananios con una carta a Cristo, pidiéndole que lo curara de una seria enfermedad. El Salvador respondió a la plegaria del rey y dijo a Ananios que su rey tomara la imagen que se imprimiera en el paño con que El limpiaría Su rostro.
En la Historia Ecclesiastica de Eusebio de Cesárea (siglo IV) la historia tradicional del Santo Mandilion está muy enriquecida por la personalidad de San Tadeo Apóstol (uno de los sesenta santos apóstoles), quien se une con Ananios hacia Edessa en el encargo de Cristo. Esta información es confirmada por la vida de San Tadeo Apóstol, el cual declara que él convirtió al rey Abgar al Cristianismo, bautizó a su pueblo y, además, estableció la primera iglesia en Edessa.
A finales del siglo V nos encontramos con la historia de la imagen “No hecha por manos” en otro monumento escrito. Éste es el llamado Doctrina Addai (un Obispo de Edessa, +541) donde (si naturalmente es auténtico) el autor basa su argumento en la tradición local del Santo Mandilón. Algo más tarde, en el siglo VI, otro autor, Evagrius, llama a la imagen de Cristo Acheiropoietos “un icono hecho por Dios” (Historia ecclesiástica, IV, 27, PG 86:2745-2748).
La pintura más pronto conocida, pero desafortunadamente no conservada, de la Imagen “No hecha por manos” fue parte del panel central (ahora desaparecido) de un tríptico del monasterio de Santa Catalina del Sinaí (siglo X). En los paneles laterales conservados vemos a San Tadeo Apóstol y a Ananios dando el Santo Mandilion al rey Abgar de Edessa.
Durante los siglos XI y XII la pintura del Santo Mandilion fue solo esporádica, pero en el siglo XIII llega a extenderse ampliamente en la pintura mural e iconografía Bizantinas. A finales de la centuria se estableció su topografía en programas de las iglesias en la pared oriental del altar, encima de la concha con la imagen de la Madre de Dios, confirmando así la verdad de la Encarnación y de la naturaleza Divina del Niño.
El icono de la Galería Tretyakov es el más sorprendente debido al movimiento excepcional de la imagen de Cristo y a la luz que emite la Santa Faz, el resultado del perfecto balance entre color y oro. El iconógrafo anónimo medieval ha buscado deliberadamente este efecto combinando láminas de oro de varios matices en el fondo, en el halo y dentro de la cruz inscrita.
Las dos imágenes en cada uno de los lados del icono exhiben una diferencia en la manera o estilo de la pintura y esto sugiere que, aunque casi contemporáneos, no son el trabajo del mismo pintor de iconos. El lado del Sto. Mandilion del icono es atribuido con fundamento por algunos autores contemporáneos a las tradiciones del arte de Constantinopla del alto período Komnin. Es también citado como un ejemplo de las más altas normas dentro de la estética del arte Bizantino.
Alguna argumentación sobre la iconografía del Santo Mandilion que puede ser encontrada en antiguas fuentes escritas, confirma que el primer icono del Hijo de Dios apareció milagrosamente durante Su juventud. Según un texto apócrifo escrito en Siria en el siglo III, Abgar V, rey de Edessa, envía a su mensajero Ananios con una carta a Cristo, pidiéndole que lo curara de una seria enfermedad. El Salvador respondió a la plegaria del rey y dijo a Ananios que su rey tomara la imagen que se imprimiera en el paño con que El limpiaría Su rostro.
En la Historia Ecclesiastica de Eusebio de Cesárea (siglo IV) la historia tradicional del Santo Mandilion está muy enriquecida por la personalidad de San Tadeo Apóstol (uno de los sesenta santos apóstoles), quien se une con Ananios hacia Edessa en el encargo de Cristo. Esta información es confirmada por la vida de San Tadeo Apóstol, el cual declara que él convirtió al rey Abgar al Cristianismo, bautizó a su pueblo y, además, estableció la primera iglesia en Edessa.
A finales del siglo V nos encontramos con la historia de la imagen “No hecha por manos” en otro monumento escrito. Éste es el llamado Doctrina Addai (un Obispo de Edessa, +541) donde (si naturalmente es auténtico) el autor basa su argumento en la tradición local del Santo Mandilón. Algo más tarde, en el siglo VI, otro autor, Evagrius, llama a la imagen de Cristo Acheiropoietos “un icono hecho por Dios” (Historia ecclesiástica, IV, 27, PG 86:2745-2748).
La pintura más pronto conocida, pero desafortunadamente no conservada, de la Imagen “No hecha por manos” fue parte del panel central (ahora desaparecido) de un tríptico del monasterio de Santa Catalina del Sinaí (siglo X). En los paneles laterales conservados vemos a San Tadeo Apóstol y a Ananios dando el Santo Mandilion al rey Abgar de Edessa.
Durante los siglos XI y XII la pintura del Santo Mandilion fue solo esporádica, pero en el siglo XIII llega a extenderse ampliamente en la pintura mural e iconografía Bizantinas. A finales de la centuria se estableció su topografía en programas de las iglesias en la pared oriental del altar, encima de la concha con la imagen de la Madre de Dios, confirmando así la verdad de la Encarnación y de la naturaleza Divina del Niño.
El icono de la Galería Tretyakov es el más sorprendente debido al movimiento excepcional de la imagen de Cristo y a la luz que emite la Santa Faz, el resultado del perfecto balance entre color y oro. El iconógrafo anónimo medieval ha buscado deliberadamente este efecto combinando láminas de oro de varios matices en el fondo, en el halo y dentro de la cruz inscrita.
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